Color | Café carmelitano |
Tribus de Israel que la conforma | Benjamín y José |
Marcados | Veinticuatro mil (doce mil por tribu |
Guardianes | Uno por cada tribu y uno de sello |
Arcas | Jefatural “Profética Purificadora” y una por cada tribu |
Representación de | La venida de Elías el prometido |
Representación simbólica | La antorcha de la restitución regenerada |
Atribuciones | El castigo y el fuego |
Atributos | La salvación y la condenación |
Distinción | Los purificados de Elías |
Días de Gracia | Primeros, lunes, miércoles y viernes |
Escudo | El Sello Quinto |
Jefe: El Profeta de la Iglesia.
Nombre | Profeta |
Sello | Quinto |
Color | Café Carmelitano |
Significado | El misticismo |
Símbolo | La Antorcha del Fuego Sagrado |
El Profeta es quien se encarga de discernir sobre las revelaciones y visiones, interpretándolas o definiendo sobre su autenticidad; es el más indicado para realizar la ceremonia de unción de los Guardianes de las Tribus, de los Guardianes de Sello y de los Jefes. Tiene la gran facultad de amonestar a los jerarcas, cuando su proceder es indigno de la posición que ocupan, dentro y fuera de la Iglesia. Después de una preparación especial en estado de alta iluminación, como el más puro de los vasos sagrados, es el señalado para recibir y hacer patente la voz del ángel mensajero o de manifestar la voluntad divina ante cualquier estado de confusión o duda extrema. Tiene además la facultad de condenar por las causas. Es el único que en la ceremonia de la promesa de Elías, puede restituir a los marcados y sacerdotes dentro de la Iglesia, cuando estos hayan sido desconocidos de alguna forma; y en un acto de contrición y atrición reconozcan su falta y soliciten su reintegración entre el Pueblo Nuevo de Israel.
El día primero del año entrega a los Siete Sellos las siete semillas, las veintiún uvas y las tres monedas de la bendición de José.
El color café carmelitano tiene su origen en la vestimenta que Elías Tisbita portara en el acto del Monte Carmelo durante su ofrecimiento a Yahvé y donde además desterró la idolatría de la reina Jezabel de entre el Pueblo de Israel. Representa la máxima humildad, austeridad y verdadero misticismo, es el color de los anacoretas y ermitaños que se abandonan del mundo para vivir en plena meditación y contemplación de éxtasis profético.