Desde la apertura de la Tercera Era en 1869 por el Enviado Divino Don Roque Rojas hasta el 2002, han gobernado la Iglesia Eliasista, los siguientes Jefes Supremos:
Primer Gran Hijo del Sol.
Don Joaquín Abadiano Mendiola.
(1869 a 1888).
Don Joaquín Abadiano Mendiola, fue consagrado por el Divino Enviado, el domingo de Pentecostés de 1869, en la calle de la Puerta Falsa de Santo Domingo No. 10 en la Ciudad de México. Instituyó la Sede Suprema de la Iglesia, en el Callejón del Muerto No. 4, de 1869 hasta 1874, posteriormente trasladó el oratorio central a la calle de las Golosas No. 6 en la misma ciudad capital, permaneciendo en ese lugar hasta 1880, pues en tercera ocasión movilizó la Sede de la Iglesia, para residir en la calle de San Felipe de Jesús No. 10, durando en esa dirección inclusive a 1883, y por última vez, el oratorio principal se reubicó por disposición del Sr. Abadiado, en el callejón de la Olla No. 8 de la capital mexicana, hasta el 28 de diciembre de 1888, fecha en la que murió el Primer Jefe Supremo de la Iglesia Mexicana Elías y representante del Mesías Roque Rojas.
Después de fallecido un Gran Hijo del Sol, su sucesor le impone un nombre simbólico, que le es dado en revelación y por el cual será recordado. El nombre concedido al primer jefe máximo fue: «El Águila triunfante de los cielos».
Segundo Gran Hijo del Sol.
Don Gumersindo Palomares Tortolero.
(1889 a 1899).
Don Gumersindo Palomares Tortolero, después de acaecida la muerte de Joaquín Abadiado Mendiola, en compañía de Severiano Trejo cuñado del Sr. Abadiano y la esposa del Sr. Trejo, Doña Tecla Abadiano de Trejo, tomaron el Sello Supremo y el Arca del Gran Hijo del Sol y los llevaron a Tula, Estado de Hidalgo, donde moraba la familia Trejo Abadiano, en esa población el 22 de mayo de 1889, fue elegido y consagrado como Segundo Gran Hijo del Sol, Don Gumersindo Palomares Tortolero, estableciendo en aquel lugar la Sede de la Iglesia, por diez años, trasladándola antes de morir a la calle de la Rivera de San Cosme No. 10, en la ciudad capital, donde sólo permaneció un año. Fungió como máximo jerarca hasta su fallecimiento acontecido el 01 de noviembre de 1899. En el lecho de su muerte, entregó el Sello y el Arca del Jefe Supremo a Manuel Villada Pignatelli.
Este jerarca es recordado, porque siempre pugnó porque se mantuvieran intactas las instituciones eliasistas, al grado de que en sus últimos momentos de vida, veló porque se mantuviera la cabeza y dirección de la iglesia, realizando ese encargo al Sr. Villada.
El nombre otorgado al segundo Jefe máximo fue «El Ave Fénix del vuelo esplendoroso».
Tercer Gran Hijo del Sol.
Don Manuel Villada Pignatelli.
(1900 a 1914).
Manuel Villada Pignatelli, que fue el tercer Patriarca de la Séptima Iglesia, recibió el Sello Supremo y el Arca del Gran Hijo del Sol, en el lecho de muerte de su predecesor, siendo consagrado como máximo jerarca el 10 de enero de 1900, en la población de Azcapotzalco de la Ciudad de México, donde él vivía y estableció la Sede de la Iglesia. Cumplió con su encargo hasta su muerte sucedida el 10 de septiembre de 1914.
El Sr. Villada fue un líder, un letrado de la época, se le recuerda por dejar los cimientos para la recopilación de las obras escritas por el Enviado Divino Roque Rojas, que posteriormente ayudarían a sacar a la luz el “Último Testamento”, además dejó el legado de los escritos que obtuvo del puño y letra del Mesías Mexicano. Tantos fueron los aportes de este jerarca, que hasta el día de hoy se conmemora el 01 de enero de 1910, fecha en la que declaró la “restitución de la iglesia”.
Se llamó al Tercer Gran Hijo del Sol: «El león vencedor de las doce tribus”.
Cuarto Gran Hijo del Sol.
Don Espedito Orcaditas Berenguer.
(1914 a 1922).
Al morir el Sr. Villada Pignatelli, la sacerdotisa Doña Josefina Orcaditas Vda. de Tejores, recogió todo la simbología correspondiente al Sello Supremo y en unión de otros sacerdotes y sacerdotisas consagraron a su hermano el Sr. Don Espedito Orcaditas Berenguer como Cuarto Gran Hijo del Sol, el 24 de diciembre de 1914, en la calle de Recabado No. 11 de la Ciudad de México, donde residió la Sede de la Iglesia. A la muerte de Don Espedito Orcaditas, su hermana Josefina tomó de nueva cuenta el Sello Supremo y el Arca del Gran Hijo del Sol, y los llevó a la población de Coyoacán; antes de morir, entregó todos los objetos de la iglesia que resguardó a su yerno el Dr. Adrián Cardoso Ruiz, sobrino de la sacerdotisa Rosa Suárez de la Vega de Cardoso.
Respecto del Sr. Orcaditas, no se tienen mayores registros del Régimen Divino que ejerció.
Al Cuarto Gran Hijo del Sol se le recuerda como: «El Lucero Brillante de la Tarde”.
Quinto Gran Hijo del Sol.
Don Enrique Cardoso Ruiz.
(1922 a 1950).
El Dr. Adrián Cardoso Ruiz resguardo el Sello Supremo y Arca del Gran Hijo del Sol, hasta que la sacerdotisa Doña Rosa Cardoso en unión de la también sacerdotisa Doña Luisa Verdiguel y otros ministros que integraron la congregación de Manuel Villada Pignatelli, consagraron a Don Enrique Cardoso Ruiz, como Quinto Gran Hijo Sol, el cual estableció la Sede Suprema en la población de Coyoacán en la casa de su hermano el Dr. Adrián Cardoso, hasta el 9 de octubre de 1950, fecha de su fallecimiento; quedando una vez más a resguardo del Dr. Adrián Cardoso toda la simbología del Sello Supremo.
El Quinto Gran Hijo del Sol, en toda la historia de la Iglesia es el que ha desempeñado el encargo por mayor tiempo, veintiocho años.
Se concedió al quinto Jefe Supremo el nombre de «El alabado del amor divino”.
Primera época acéfala.
(1950 a 1958).
El 12 de julio de 1951, en la primera calle de Marmolería No. 23 de la Colonia 20 de Noviembre de la Ciudad de México, el Dr. Adrián Cardoso y su tía Anastacia Cardoso Vda. de Delgadillo, entregaron al Rabino Amaury Leal Lópezcano el Sello Supremo y la Sagrada Arca del Gran Hijo del Sol, delante del sacerdocio y jefes, para que se eligiera al siguiente representante de Elías en la tierra, sin embargo, durante este periodo la Iglesia permaneció sin que existiera Jefe Supremo, pues únicamente se avocó en 1951 al décimo Patriarca de la Séptima Iglesia, Felipe Vargas Torres para tal cargo, sin llegar a ser consagrado, por lo que en 1958 fue relevado de su avocación y la congregación de la Iglesia votó para que la Jefatura Suprema recayera en el Rabino de la Segunda Iglesia, Amaury Leal Lópezcano.
Sexto Gran Hijo del Sol.
Don Amaury Leal Lópezcano.
(1958 a 1976).
El 7 de julio de 1958 se reunió el cónclave de sacerdotes y sacerdotisas de la Iglesia, para elegir a un nuevo avocado a Jefe Supremo, de tales reuniones resultó electo Don Amaury Leal Lopezcano, el cual fue consagrado Sexto Gran Hijo del Sol, el 9 de noviembre de 1958, en la segunda calle de los Aztecas No. 33, interior 15, de la Ciudad de México.
Después del Sr. Villada Pignatelli, el Sr. Leal Lópezcano hizo una de las aportaciones más importantes a nuestra doctrina, sacó a la luz por primera vez el “Último Testamento” del Divino Enviado Roque Rojas, encargando la noble tarea de su edición a la Editorial Ramírez, realizándose oficialmente sólo tres ediciones.
Además de ello, el Sexto Gran Hijo del Sol publicó distintas obras como “Las profecías de Roque Rojas”, “Datos biográficos del Mesías Mexicano señor Don Roque Rojas”, “Los siete sellos o las siete iglesias del eliasismo” y “Las páginas de oro de los siete sellos”, entre otras, empero, a pesar de los grandes avances que produjo su gobierno, otra de sus faenas a la que denominó la “Reforma Asuncionista”, dividió a la Iglesia y creó una corriente más del eliasismo.
Al sexto máximo jerarca se le denominó: “La Luz Propagadora del Eliasismo Patriarcalista”.
Segunda época acéfala (1976 a 1994).
A la muerte del Sr. Leal, el septacuario que constituyó se dividió entre los que deseaban seguir la nueva corriente dejada por él y los que prefirieron no arroparla, por lo que al no ponerse de acuerdo los siete jefes, la Iglesia entró en una fase de transición.
Séptimo Gran Hijo del Sol.
Don Evaristo Lara Reyna.
(1994 a 1999).
Ante la disgregación del Septacuario dejado por sexto Gran Hijo del Sol, sólo dos de sus integrantes el Sr. Don Francisco Silva Juárez, quien fuere Jefe Leví y el Sr. Don Evaristo Lara Reyna sobre el que recaía la Jefatura del Príncipe de la Iglesia, afrontaron el desafió de retomar la doctrina de Roque Rojas, preservar la línea de heredad del Jefe de Supremo y cumplir por primera vez con lo ordenado por el Mesías Mexicano para nombrar a su representante, es decir, con la realización de los cónclaves secretos del Sacro Septacuario Elías, que debían culminar con la elección del Gran Hijo del Sol; si bien, los anteriores Jefes Supremos no habían cumplido con el proceso de elección dejado por el Mesías Mexicano, también es cierto que todos y cada uno, ejercieron con toda legitimación su encargo, pues cumplieron con el Régimen Divino de gobierno de la Iglesia.Así, los Jefes de la Primera y Cuarta Iglesia, exaltaron a su vez a los demás integrantes del Septacuario que debía constituirse en órgano elector. El 19 de enero de 1994, en el recinto del Séptimo Sello ubicado en Calle 1ª de Pioquinto Roldan S/N, edificio “D”, zona comercial, planta alta, súper manzana 3, manzana 4, colonia Vicente Guerrero, Delegación Iztapalapa, México, Distrito Federal, C.P. 09200, los Siete Jefes genuinamente consagrados, decidieron elegir al Príncipe el Sr. Don Evaristo Lara Reyna como el Séptimo Gran Hijo del Sol, siendo consagrado el 21 de marzo de 1994, en las mismas instalaciones, donde provisionalmente estableció la Sede Suprema de la Iglesia. Desempeñó el encargo hasta el 12 de diciembre de 1999, momento en el que el Altísimo decidió que su misión en la tierra había terminado.
El nuevo Jefe Supremo lleno de determinación y júbilo, dejó bases sólidas para que la doctrina de Elías siguiera adelante, la línea de su predecesor no se perdiera y la luz del verdadero eliasismo resurgiera. La mayor de sus virtudes fue la valentía, al decidir tomar las riendas de una asamblea que por muchos años estuvo sin un líder y la bravura que demostró al deliberar fallos importantes que mantuvieron la fortaleza de su septacuario, al grado de que a su muerte no existió más división, sino trabajo, que culminaría con la consagración del Octavo Gran Hijo del Sol.
Al séptimo soberano se le llamó: “El iris del verdadero eliasismo”.
Tercera época acéfala.
(1999 a 2002.)
En este periodo de transición a diferencia de los dos anteriores, los integrantes del Septacuario dejado por Don Evaristo Lara Reyna, nunca dejaron de trabajar y lejos de entrar en conflictos y segmentación, enfrentaron la responsabilidad que como jerarcas tenían e iniciaron los concilios y votaciones correspondientes para elegir al siguiente Jefe Supremo.
Octavo Gran Hijo del Sol.
Don Efrén Rodríguez Gómez.
(2002 a —-).
En el Recinto Jefatural de la Séptima Iglesia en el dos mil dos, se realizó el conclave por el cual se eligió a Don Efrén Rodríguez Gómez, como Octavo Gran Hijo del Sol. El 01 de septiembre del 2002, en la sede de la Tercera Iglesia Sumo Sacerdotal de Pérgamo, ubicada en calle San Juan #9, colonia Loma de la Cruz, Nicolás Romero, Estado de México, C.P. 54475, se le exaltó al Jefe Patriarca de la Séptima Iglesia, como Máximo Jerarca, mismo que hasta nuestros días gobierna la Iglesia del tercer tiempo y escribe su legado.
El nombre al Octavo Gran Hijo del Sol será revelado a su sucesor.
Esta breve reseña describe la historia de los Grandes Hijos del Sol, desde el primero que fuere consagrado en 1869 por el Divino Enviado Sr. Don Roque Rojas, hasta el octavo Gran Hijo del Sol que gobierna desde el 2002.